Cofradía de la Vera Cruz
Según los primeros datos de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, se sabe que en 1.540 ya tenía capilla en nuestra ciudad, y por lo que sabemos de la fundación de las cofradías penitenciales que llevan el nombre de la Cruz, comenzaron a fundarse en el siglo XIII y primeros años del siglo XIV, es muy posible que si en 1.540 ya tenía en nuestra ciudad capilla, existiera en el siglo XV, máxime teniendo en cuenta la talla del Nazareno que posee esta cofradía, que por su forma y expresión tiene que ser de la mitad del siglo XV, aunque no sepamos quien fue su artífice.
También existe un documento de 1.551 por el que se tiene noticia de que María Diez, una vecina rica de La Bañeza, dejas sus bienes a la Cofradía de la Santa Vera Cruz, por lo que ya existía entonces y tenía que estar muy vinculada a la ciudad para que una bañezana rica le dejara bienes.
Parece ser que entonces la capilla debía estar sita en lo que hoy es la calle de D. Pedro El Oculista. D. Mario del Río Mazón, encontró un documento de la Cofradía del año 1.659 un texto en el que se dice “esta cofradía que tiene ya 300 años de antigüedad”.
A esta cofradía, según los estatutos que nos legaron nuestros antepasados solo podían pertenecer a ella 20 hermanos, que tenían que realizar dos procesiones de Semana Santa y atender a los enfermos pobres o a los transeúntes que se ponían enfermos al pasar por la ciudad. Así consta en la regla más antigua que se conoce por el momento fechada en 1.772.
Para pertenecer a la misma había que pagar 33 reales de la época que era una cantidad muy alta para dicha época, por lo que solo podían pertenecer a ella, cuando había vacantes, personas de muy buena posición social y económica. Además tenían que ser cristianos viejos y de buenas costumbres. En aquellos tiempos un obrero ganaba 10 céntimos diarios en una jornada de trabajo que duraba de 10 a 12 horas.
Está documentado que en 1.579 se compró un crucifijo para la cofradía que fue encargado por el estañero García y que todavía hoy conserva la hermandad en su capilla.
También sabemos con certeza que en 1.632, ya fallecido Juan de Mansilla, el Convento del Carmen de la orden de Carmelitas Descalzos, que se acaba de edificar en nuestra ciudad, y donde Juan de Mansilla tenía capilla por él costeada, hizo que se unieran los dos hospitales que a partir de entonces se llamaría Hospital de Juan de Mansilla y la Vera Cruz.
Pero mucho antes de esto en 1.582 el Hospital de la Vera Cruz se había unido al de Santa Catalina, por lo que había en aquella época dos hospitales en la ciudad y para poder seguir con sus prácticas caritativas y asistenciales se unían en uno solo.
En 1.890 el edificio actual de la Vera Cruz se está cayendo y la Reina Regente, Maria Cristina en nombre de su hijo Alfonso XIII, concede dinero a través del gran bañezano Fernández Cadórniga, y se restaura y se agranda siguiendo con sus prácticas hospitalarias pero al mismo tiempo también se dan clases de enseñanza primaria. En el año 1.966, el entonces juez de la cofradía, José Marcos de Segovia, llega a un acuerdo con el obispo auxiliar de Tudela, Ángel Riesco Carbajo, para que se ceda a su orden de Misioneras Apostólicas de la Caridad con objeto de poner en este edificio una guardería infantil para niños pobres y se cede en documento notarial por 50 años. Para entonces la procesión que tenía lugar el jueves Santo por la tarde, que era ya la única que celebraba la Cofradía, teniendo lugar el encuentro en la Plaza Mayor entre la Verónica y Jesús en su caída, ya no se celebraba al haberse caído la capilla de la misma y tener que guardar los pasos en armarios, además de haber muerto unos cuantos cofrades y quedar la Cofradía medio desaparecida.
No desapareció del todo por que D. José Marcos de Segovia apuntó a unos cuantos bañezanos a la misma, aunque la Cofradía ya no tenía funcionamiento ninguno. En 1986 se comenzó por orden del Gobierno Civil a cambiar los estatutos para que se pudieran dar de alta en la misma las personas que quisieran tanto hombres como mujeres. De todo ese trabajo se encargó Vicente Cadenas Nieto, quien después de muchas gestiones, reuniones de los hermanos que quedaban, que ya eran pocos, se consiguió que los estatutos fueran aprobados por el Obispado y por el Gobierno Civil y se comenzaron a dar de alta bañezanos y bañezanas, entre ello unos cuantos jóvenes que capitaneados por José Pérez Gallego, consiguieron en 1.999 sacar a la calle la procesión del encuentro con la Verónica convertida en Virgen y el Nazareno como Nazareno sin caída, gracias a que el Hermano Mario Núñez Alonso había conseguido restaurar ambas imágenes dentro de sus posibilidades. En el año 2.000, además de la procesión del encuentro, que ahora hay que celebrarla el Martes Santo en vez del Jueves como antes, se inició la procesión del Miserere, que estaba en los estatutos pero que ninguno de los mayores había visto nunca que se celebrara. En la madrugad del jueves, al finalizar la procesión de la Virgen de la Amargura, de la Cofradía de Jesús Nazareno, comienza a desfilar por nuestras calles la procesión del Miserere, un vía crucis en el que solo el sonido de las carracas y el tambor, ponen el contrapunto al rezo del Vía crucis que va explicando el sacerdote que preside la misma.
También el día de Viernes Santo se visitan los sagrarios de las parroquias y las capillas penitenciales de las cofradías, y se asiste con el pendón a la procesión de Pascua de Resurrección que celebran las otras dos cofradías de la ciudad, la de Las Angustias y la de Jesús Nazareno.
En el año 2.001, siendo ya juez José Luis Martín Rubín, se encargó una cruz procesional como el emblema de la cofradía, para que sirviera de paso en la procesión del Miserere. En el año 2.002, la generosa y gran bañezana Josefina Andrés Luna, más conocida como Fina Luna, regaló a la cofradía la imagen de una Virgen, a la que se le puso el sobrenombre de La Esperanza y así la Virgen de la Esperanza dió pie a que nuestra cofradía organizara otra procesión más, saliendo el Domingo de Ramos al anochecer en procesión y así se ha podido completar toda una semana de procesiones penitenciales en la Semana Santa Bañezana.
En estos momentos se está restaurando el Nazareno, se está haciendo un nuevo trono para la Virgen de La Esperanza y se está consiguiendo fortalecer esta cofradía de la Santa Vera Cruz que casi llegó a estar desaparecida y que Gracias a Dios ha vuelto por sus fueros, pues ya somos más de 300 hermanos los que pertenecemos a ella.